Naturaleza muerta resucitando, 1963 - Remedios Varo |
Ese hombre de cabellera dispersa, no es otra cosa que el exhumador de un mundo antes irredento. Ha aprendido, sufriendo, fórmulas mágicas que los otros desconocen: conjuros para evocar y recrear las danzas interiores.
Razas sordomudas, perdidas en sus parajes profundos, cobran voz bruscamente y, desde el valle dormido bajo la niebla, ese coral suena iluminando regiones desoladas o magníficas.
Así hasta que toda la tierra se convierte en eco.
Juan Eduardo Cirlot
De: Árbol agónico, 1945.
poéticas: juan eduardo cirlot
poemas de: juan eduardo cirlot
ciudad de la pintura: remedios varo
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