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viernes, 19 de diciembre de 2008

Fiebre de caballos

Dos muchachas acostadas y entrelazadas, 1915 - Egon Schiele

Cuando te quedas,
Rita,
más desnuda que estas paredes
yo siento miedo
de ser una mujer.
Tengo feroces dientes carniceros.
Comiérame tus ojos
tus rodillas.


Cuando veo un sauce que se agita
no me acuerdo de Safo,
pienso en mí.


Damaris Calderón

De: Los amores del mal, Ediciones El Billar de Lucrecia, 2006 méxico


festival de poesía de medellín: el espectador sin espectáculo de damaris calderón
letras.s5: damaris calderónmoma: egon schiele
csu worldimages kiosk: egon schiele

miércoles, 17 de diciembre de 2008

El Banquete (Rodajas)

Dos muchachas (amantes), Egon Schiele


Hoy vi a una pintora
(que no pintor, Sócrates)
que habría escandalizado
a los ilustres comensales de Agatón.
No sólo pintaba a los jóvenes
practicando ese amor vulgar que creen proveniente
de la Afrodita joven,
sino que, hija bastarda,
como Hefestos,
arrojada fue de esa montaña decrépita.
Ya nada se salvaba
del agresivo azul de su paleta,
del azul de las alas,
de la boca amorosa -azul-
contraída en el éxtasis.
En aguarrás nadaban
(regocijo del ojo)
Leda y la cisne.
Y el cielo se deshacía en plumas,
por más que lo apuntalaran los poetas.



Damaris Calderón
De: Los Amores del mal, Ediciones El Billar de Lucrecia, 2006 México



letras.s5: damaris calderón
zapatos rojos: selección de poemas de Sílabas. Ecce Homo de damaris calderón
albalpha: damaris calderón
belvedere gallery: egon schiele
ciudad de la pintura: egon schiele

lunes, 14 de abril de 2008

Paredes


Installation view at Peer/Peer at the Round Chapel, London, 2006
Between You and I 2006, Anthony McCall

Las paredes indican nuestra posición de
verticalidad. La superioridad de la especie.
Yo soy el homo sapiens (lo leí en una parte
antes de estar entre estas paredes).
No son comestibles como en los cuentos de
infancia, aunque se puede rumiarlas toda la
noche.
Las paredes son un símbolo de vida.
Erguidas.
Como la tumba, horizontal, es un símbolo
de muerte.
Y el hecho de que podamos engendrar de pie
o acostados demuestra nuestro albedrío.
Hermosas como el espectro solar, las paredes
van de la gama de la privacidad, la protección,
al encierro.
No se debe desesperar de estar entre ellas.
Yo soy un hombre honesto. No tengo trastiendas.
Tengo paredes.
Y las paredes (como ya he dicho antes) sólo
indican nuestra ambición de verticalidad.

Damaris Calderón

De: Publicado en Revista Oráculo No. 24 Primavera 2007, México

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