miércoles, 28 de diciembre de 2011

Degenerativa

VARIACIÓN A EL ORIGEN DE THOMAS BERNHARD

Proscaenia, 2011 - Dino Valls

QUIEN SE HA CRIADO EN ESA CIUDAD, SEGÚN LOS DESEOS DE QUIENES TENÍAN
SOBRE ÉL LA PATRIA POTESTAD PERO EN CONTRA DE SU PROPIA VOLUNTAD Y, DES-
DE SU MÁS TEMPRANA INFANCIA, CON LA MAYOR PREDISPOSICIÓN SENTIMENTAL
E INTELECTUAL A FAVOR DE ESA CIUDAD, HA ESTADO ENCERRADO POR UNA PARTE
EN EL PROCESO ESPECTACULAR DE LA CELEBRIDAD MUNDIAL DE ESA CIUDAD COMO
EN UNA PERVERSA MÁQUINA DE BELLEZA EN TANTO QUE MÁQUINA DE FALSEDAD,
PRODUCTORA DE ORO Y OROPEL Y, POR OTRA PARTE, CON LA FALTA DE MEDIOS
Y DE AYUDA DE SU INFANCIA Y JUVENTUD, POR TODAS PARTES DESAMPARADAS,
COMO EN UNA FORTALEZA DE MIEDO Y DE HORROR, CONDENADO A ESA CIUDAD
COMO LA CIUDAD EN QUE DESARROLLARÍA SU CARÁCTER Y SU ESPÍRITU, TIENE DE
ESA CIUDAD Y DE LAS CONDICIONES DE EXISTENCIA EN ESA CIUDAD UN RECUERDO,
PARA NO EXPRESARLO EN FORMA DEMASIADO GROSERA NI DEMASIADO FRÍVOLA,
MÁS BIEN TRISTE Y MÁS BIEN OSCURECEDOR DE SU PRIMERÍSIMO Y PRIMER DE-
SARROLLO, PERO EN CUALQUIER CASO FUNESTO, CADA VEZ MÁS DECISIVO PARA
TODA SU EXISTENCIA Y HORRIBLE, Y NINGÚN OTRO.


. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . (THOMAS BERNHARD)





Nos alejábamos apenas,
no por lo infranqueable o por la furia de los límites de aquella
fortaleza, sino por nuestro propio carácter oscurecido, desde el
primer momento condenado al miedo y al horror del miedo, que
nos mantenía lejos de nuestro impulso y pensamiento. Algo que
pudo ser heroico y que, por razones ajenas a nuestra naturaleza,
había quedado subyugado, aterido, desde nuestro primer desa-
rrollo. La ciudad-fortaleza era entonces un centro de corrección
y tachadura, en donde quisimos ver
insistencia una ciudad
más vasta y colorida, que se extendía lejos de aquellos límites
de nuestra imaginación constreñida. Una ciudad, ya lo vería-
mos, perversamente receptiva, que lesionaba por la espalda a
la misma gente que había acogido. Una máquina de falsedad,
arodillada, arrebatándose las figuras de sus libertadores, cruci-
ficándose, apedreándose. Una ciudad, una máquina de la belleza,
que aprendimos a amar desde la más temprana infancia, como
pequeños dioses omnipotentes, cautivados, con el recuerdo
siempre funesto
de un origen triste y despavorido.









Nigredo,2010 - Dino Valls
ESCOLIO



Soñé que éramos hordas
y que había llegado el tiempo de mi muerte. Regresaba entonces, en el sue-
ño, al lugar del nacimiento para terminar con mi vida. Regresaba ahí para
morir solo y encontraba el reflejo de mi alma vacía: el nacimiento es el con-
traespacio de los nichos, me decía. Era un sueño y no quería morir, era un
sueño y no quería regresar, así que me tumbé en lo que intuí el espacio de
mi nacimiento y me dispuse a soñar. Soñé entonces conmigo como un ani-
mal delirante. Rascaba la tierra de mi nacimiento con la ansiedad furiosa de
encontrar. Hundía las garras en la tierra repetidamente para terminar con mi
vida. Los filtros de la pesadilla tornaron la imagen cada vez más confusa. Mi
rostro comenzó a hincharse. Pude ver, dentro de mí, cómo iban creciendo
las entrañas de un tumor profundo. Los labios henchidos desprendían aún
más el peso de la cara, a tal grado, tuve que frenar. Me vi entonces dormido
en el nicho de mi nacimiento, muerto en el reflejo de ese espacio como
siempre había sido:
Hermosa y destrozada.



. . . . . . . . . . . . . . NO ARRANQUES, NO APOYES TU CABEZA EN LA MÍA

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .DESDE LO AMPLIO, EN LA FRENTE,
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . OSCURECE









PASARELAS


Intus, 2011 - Dino Valls
En la tabla del gato
con tu vestido incendiado. En la tabla. Parece que vas de caída:
¿es sólo el ángulo?, ¿una lente que se inclina? Los espectadores
observan como abres las piernas, pierdes hacia el fondo la mi-
rada mientras caminas. No te ven ocultar, detrás de la frente.
Te ven guardar esa distancia encadenada. No te ven la cabeza
de serpiente, la medusa que te lleva varias veces. En la tabla, el
peligro es perder el eje. Fuera de ahí se ven las pasarelas: cada
espectador oculta su estrella radiante, la ambición de modelar
un dolce, un valentino. Cada uno para sí, secretamente, repite
las figuras, el nacimiento: en la tabla del gato, con tu vestido in-
cendiado. En la tabla tú o también yo encubres tu medusa
iluminada, metes las manos en los bolsillos del fardel, abres las
piernas para cruzar,
para reunir ocultamente.









PASAJE A
(ADVENIMIENTO, EN-FILO EL CRISTAL, CAMINATAS)



Voy a evitar dar los nombres
de los lugares o las calles referidas, para eso diré calle o ciu-
dad. No porque intente un mismo espacio para todos, no porque
quiera achatar, cortarle las salientes. Sólo diré, por ahora, que
no interesan esos nombres. Puedo decir, sí, que estoy lejos de lo 
conocido, que no tengo una actividad particular o que mi activi-
dad son estos fragmentos,
estas caminatas cristalizadas.









C
(ABDICACIÓN, PLAGAS)
Sigilla, 2011 - Dino Valls




A veces, mientras caminas,
nacen animales. Cruzas y sin sospecharlo están naciendo. En las
redes poco iluminadas, en lo agudo de las frondas. Lo mismo
pasa con la muerte, pero ahora prefieres pensar en el nacimien-
to: criaturas abriéndose en un instante hacia algo menos oscuro.
Aunque luego se infeste y broten plagas. Aunque después, en un
ir y venir flagrante, regrese la opacidad a su sitio: la sombra que
te arranca es la sombra de una plaga,
una nube de langostas.





Adelantarse un pasaje.
Describir un pasaje que no ha sucedido o que sucedió en otro
tiempo, algo que con certeza ocurrirá, quizá no a ti, a algún
paseante que desconoces. El caso es que había dictado ciertas
reglas para escribir: había dicho cada que se dé un recorrido es-
cribiré un pasaje nuevo. Desde hoy lo dejo, mejor así. Otra cosa,
este ir y venir entre el yo y el . ¿Qué diferencia hay entre me
muerdes, te muerdes, muerdo?: muérdete mis dedos,
tus pedazos de la mano.





¿Se llega a una conciencia de ser yo?, ¿hay eso de?
Es difícil decirlo. Pequeñas secuencias, como las escenas de una
película que recordamos; escasas, aunque fuera impactante. Una
historia que es un disparo, un encadenamiento que nos marca y
fragmentos que se repiten.





Alejandro Tarrab
De: Degenerativa,Bonobos Editores, México 2010



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