viernes, 17 de diciembre de 2010

Escolios

Postal Card-For Mother, 1968 - Richard Hamilton
Nada que escape al fuego de las sombras: las ho-
ras, los ciclos, la voz, el sesgo de la página que pre-
cipita los días —inexistentes como el sol. Nada que
pueda romper la quietud deshabitada o los giros 
ciegos de la rueda.

La historia no es más que la zaga del árbol. Lo que
calla en su cuerpo es el cuerpo —rotos los signos,
vencido tras las horas.

Nada que no ceda la palabra sin la historia. Sólo el
olvido que escribe en el tronco: el miedo al tiempo
no borra el miedo a tus ojos.




¿Qué puede alcanzar la orilla de ese árbol si las cosas
no poseen un centro? Si la fronda se mueve, no es el
viento quien la agita: algo la muerde por dentro. No
la sacuden la página en su espera, ni los trabajos en la
sima del nombre y el lugar. Tampoco la separación
donde sus elementos dicen "Yo" ante la pregunta.

Ni porción ni ser sus frutos: sesgada la lectura desde
el cuerpo, la página deviene sin memoria.




Hay en el otoño un invierno que no es del tiempo.
Florece en él un árbol que no es la historia ni el fru-
to sin certeza en la lectura. No pertenece a los cami-
nos —invisibles lo mismo que la sangre sobre la
manzana.

Los infiernos se mueven en ciclos// Es una voz que
interrumpe al tiempo. No queda inscrita en las esqui-
nas de dios. No es su ojo quien la lee. Su destinatario
es el invierno que se abre paso en otra frase: No es
imposible el retorno, inexistente es el tiempo.
















:no sé —excepto por la parte inferior— si la página
permanezca en su blancura. No sé si exista el espacio
sin alteración. Ayer leí que "ese tiempo era ya pasado".
No lo sé: no conozco este tiempo, no conozco otro
tiempo. No conozco la página, nunca he visto la 
historia. A veces veo la merluza destrozada: A veces...
Pero no conozco ni conocí el instante de la página
ebúrnea. No sé —excepto por la parte inferior— si
esta página se conserve en su silencio original. Tam-
poco sé —salvo en algunos momentos que se me
escapan— si las hojas del albaricoque se muevan de
oeste a este: sólo sé que no puedo evitar su caída.



Jorge Solís Arenazas


De: Cuaderno de agua, Fondo Editorial Tierra Adentro, 2006.





letras.s5:jorge solís arenazas
el poema seminal:jorge solís arenazas
 albalpha:jorge solís arenazas
moma:richard hamilton

tate: richard hamilton