A mi padre, Luis Ignacio Helguera Soiné
Sólo ahora, a los cuarenta años
comprendo por qué me recostaba en el sofá de la sala cada noche
cuando estudiabas ese Intermezzo de Brahms
porque expresaba tu carácter y tu fuerza y tu nobleza, que aprendí mal
y la caída de las hojas verdes y luego rojas, en los jardines que tuvimos
el luto otoñal de todo
y recuerdo cómo oyendo la radio estacionaste el coche en una calle
entre automóviles furiosos
para ponerte a llorar sobre el volante
disculpándote conmigo con el pañuelo en la cara
porque era un Nocturno de Chopin que tocaba tu madre
y recuerdo cómo me cargabas semidormido hasta mi cama
al terminar el Intermezzo de Brahms, cada noche
y tu carácter y tu fuerza y tu nobleza, que aprendí mal.
Luis Ignacio Helguera